Después de mucho tiempo, puedo decir con toda certeza que estoy FELIZ y todo se lo debo al sol que no hace mucho empezó a iluminar el cielo limeño. A decir verdad, cada estación del año me hace sentir de un color distinto; por ejemplo, el otoño lo siento azul: calmado, relexivo, la primavera rosada: llena de regocijo y expectavivas, etc. El verano, por su parte, me alegra, cada que veo por las calles a las personas con ropa ligera, chicas con un lindo bronceado-porque se fueron al sur-, los puestos de raspadillas, las cremoladas, la plaga de heladeros,a la gente feliz, etc,etc,etc, me hacen sentir amarilla
y me encanta
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