martes, 22 de diciembre de 2009

Un martes de esos...


Nadie dijo que fuera fácil..


Eran las 4 de la tarde y estaba aburridísima en mi cuarto así que decidí meter algunas cosas en mi bolso y salir -que clásico-. Una vez en la calle, le compré 5 cigarros (lucky, OBVIO) y un encendedor rosado al primer vendedor ambulante. Y así me pasé casi tooooda la tarde caminando por plaza San Miguel sin rumbo alguno; podría jurar que pasé por la misma calle más de 5 veces en 20 minutos (maldije a la mala distribución de la zona -.-) . Fue entonces,en medio de mi total aburrimiento, cuando comencé a ver a mi alrededor: a las personas, intentando "descifrar" sus emociones -un pasatiempo muy propio de mi persona- El punto es que pude ver que habían muchas muchas MUCHAS mujeres en polleras comercializando papeles de regalo, tarjetitas, notas, etc pero hubo una que llamó mi atención. Era una mujer de aproximadamente 80 años que vendía tarjetitas y papeles de regalo.

... Todos pasaron por su lado. Todos la pisaron. Nadie la noto...

No pude resistirme ante la tentación de comprarle algo y ayudarle a vender sus cositas. Nunca llegué a conocer su nombre, pero me dijo que venía de Ayacucho y que estaba muy cansada. ¿De qué? de trabajar, de caminar, de pasar hambre...pero lo irónico de este relato es que tras preguntarle a la ansianita cómo se sentía me dijo "yo, señorita? yo me siento muy feliz. Así como me ve de pobre, tengo mis hijos y mis nietos...no tenemos mucho, pero felices"

morí
Si esa mujer es TAN FELIZ con cosas tan simples, cómo es posible que tú..o yo o quien sea nos lamentemos tanto teniendolo CASI TODO?
otro día que pasa, otra lección que aprendo.. Lo importante no es la cantidad, sino la calidad. SÍ se puede ser FELIZ con nada (:

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